lunes, 25 de abril de 2011

La Historia de Gonzalo 7º Capítulo "La ansiada llamada"

Día: Martes
Hora: 8.00 am
Lugar: Aula nº 6 de la Universidad de medicina de Asturias
Objetivo: Terminar cuanto antes el último examen para abrir el “súper” cajón de mi entrada.
Acabé el examen, y el señor Trenado me entregó un folleto con la fecha en la que se celebraría la fiesta de graduación y en la que nos darían el título a todos aquellos que hubiéramos superado todas las asignaturas.
Me dirigí a casa, andando a un paso extremadamente rápido, un calor insoportable me quemaba la nuca y parte de la espalda, mi Renault estaba en el taller y no podía esperar el autobús, estaba demasiado nervioso para esperar cualquier cosa, la paciencia no formaba parte de mis cualidades, no al menos en ese momento.
Abrí la puerta, después el cajón, y ansioso cogí el folio, intacto, a pesar de haber permanecido esperando largas semanas, marqué los números, esta vez no había marcha atrás, ya había terminado el examen por lo que tenía total y absoluta libertad para llamar y lo más importante, el permiso de mi padre.
Piiiii…sonó el primer tono…piiiii, segundo tono y antes de llegar al tercer tono el teléfono se descolgó.

-Diga- Contestó una voz femenina, no esperaba a una chica pero me valía cualquier tipo de ayuda o pista.
-Hola buenos días, soy Gonzalo Da Silva ¿Con quién tengo el placer de hablar?
-¡Qué bien hablas chico! Pensé que en la fiesta te di mi número, no el de mi padre.
-¿Sara? ¿Eres tú?-Pregunté con cautela y un poco de asombro.
-Pues claro canijo, dime ¿Por qué llamas a mi padre?
-Verás Sarita…es una larga historia, pero tengo que hablar con él, es bastante importante-Expliqué
-Vaya, pues lo siento cielo, no está en casa, se fue al trabajo, pero si quieres puedo darte la dirección, ¿Qué me dices?-Preguntó
-Me vendría genial, muchas gracias Sara...emm oye…ahora mismo tengo unas cosas pendientes de solucionar, pero me encantaría volver a verte.
-Uff, pensé que no me lo dirías nunca, sigues siendo tan tímido como siempre. Hablamos pronto entonces. Chao cielo-Contestó ella.
Esta vez sí cogí el autobús, la dirección estaba cerca, pero no lo suficiente como para ir a pie.
Llegue al lugar y allí estaba el padre de Sara, Lito, así es como lo llamábamos en la familia, me recibió con un enorme abrazo y me hizo pasar a su despacho. Ya no tenía confianza con aquel hombre, pero un recibimiento así siempre es agradable. El señor Lito me explicó que la chica que trabajaba con él se jubilaba en breve, y que estaría encantado de que yo ocupara ese puesto, dada mi impresionante carrera, mi responsabilidad y todas esas cosas que se suelen decir cuando quieren contratarte.
No supe que hacer, ¿realmente había esperado este tiempo para un simple trabajo?, mis esperanzas de encontrar a mi padre estaban desapareciendo bajo un espeso humo, y me daba miedo preguntar al señor Lito, a lo mejor no sabía nada, y la verdad, no me apetecía involucrar a nadie más, ya éramos demasiados (contando por supuesto al tío Claudio que sabe toda la historia desde la noche de la fiesta) y no confiaba en nadie, a veces, ni en mí mismo.
Pensé en la maleta llena de dinero (esto sí que sólo lo sabía yo, creo) y barajé la posibilidad de negarme a aceptar el trabajo, el caso es, no sé si fue un pálpito o el hecho de que entró por la puerta tan radiante como siempre, Sara, pero acepté. La sensación que tenía al ver a esa chica me asustaba, su sonrisa me impulsaba a seguir luchando, y una sola palabra suya aceleraba el ritmo de mi corazón de una manera brutal.
Ese trabajo, para bien o para mal, cambiaría mi vida, eso lo tuve claro desde el principio.
Días después ya estaba totalmente instalado, el señor Lito me enseñó a hacer todo lo que tenía que saber, se portaba conmigo de maravilla, me trataba más como un amigo y no como un trabajador, era un hombre bueno de verdad, me alegré mucho de que empezara a formar parte de mi vida porque una persona así, todo el mundo quiere tenerla cerca.
Cada mañana, a la misma hora, Sara venía a desayunar conmigo en un pequeño bar de al lado, poco después empezamos a quedar por las noches, no nos cansábamos de vernos, sentíamos una complicidad inmensa estando juntos, y al besarla sentí, que por primera vez, me había enamorado.


Las noches siguientes volví a soñar con el prado interminable, seguía sin haber nada ni nadie al final, pero se había sumado una persona más para ayudar a empujar.

7 comentarios:

  1. MOLA MUCHISIMO DE VERDAD ACABO DE LEER TODA LA HISTOIRA Y ESTA FLIPANTE
    SUERTEEEE

    CACHI

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  2. Por fin un capítulo, me lo he deborado en tiempo récord :)

    Bueno, espero pronto otro capítulo y decir que he publicado hace escasos minutos otro capítulo de mi historia ;)

    Besos.

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  3. que bonito no lo dejes escribes biuen

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  4. muy interesante, todo lo vas hilando de manera increible, suerte y sigue asi.

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  5. Tiienes un blogg super boniitto ^^
    Te sigo vale?
    1Bessitto (:
    http://www.stumismaydisfruta.blogspot.com/

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  6. Hola chicas!, gracias x visitar una vez más mi blog y por colaborar votando entre Narrador y Goth Gatita...

    Por cierto, habéis cojido ya el regalito k dí a los seguidores de mi blog "El Club De Las Seguidoras"?, en caso d k no sea así, aki tenéis el enlace para hacerlo:

    http://elclubdelasescritoras.blogspot.com/2011/04/regalito-para-los-seguidores-del-blog.html

    Saludos!!!

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  7. Me he leido todos los capitulos y me esta gustando bastante! os agradezco vuestra visita!
    saludos!

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